La portada del icónico álbum fue tomada por un joven fotógrafo llamado Keith Macmillan. Se le acredita como "Keef" en los créditos. "Para ser honesto, fue la primera vez que realmente disfruté ese tipo de rock pesado", dijo a Rolling Stone. "Pero ese álbum me hizo fanático de por vida".
Macmillan reclutó a una modelo de 19 años llamada Louisa Livingstone para el rodaje, que tuvo lugar en Mapledurham Watermill en el condado inglés de Oxfordshire. Llevaba una capa negra sin nada debajo y experimentaron con algunas tomas que eran "un poco más arriesgadas", según el fotógrafo.
"Decidimos que nada de eso funcionaba", dijo. "Cualquier tipo de sexualidad le quitaba el estado de ánimo más premonitorio. Pero ella era una excelente modelo. Tenía un coraje increíble y una comprensión de lo que estaba tratando de hacer".
Livingstone comentó sobre el rodaje ella misma, recordando que había estado "muy helada" cuando estaban tomando las fotos. "Tenía que levantarme alrededor de las 4 de la mañana. Keith estaba corriendo con hielo seco, tirándolo al agua. No parecía funcionar muy bien, así que terminó usando una máquina de humo, " Ella explicó. "Estoy seguro de que dijo que era para Black Sabbath, pero no sé si eso significó mucho para mí en ese momento".
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